martes, 17 de noviembre de 2009

para mi Sara

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------De De repente se hizo mayor y se fue de casa. Ahora la veo muy poco por el trabajo y el ajetreo de esta ciudad... La echo de menos. El otro día me dijo que debería escribir en mi blog (olvidado) las historias que cada noche le contaba (yo creo que en el fondo echa de menos mis monólogos).
Lo que le comentaría esta noche sería el artículo de Elvira Lindo "Mujeres desnudas" publicado
en el país del pasado domingo. Nos cuenta como observa a las mujeres en el vestuario del gimnasio, las diferencias entre las mujeres americanas y las españolas: "En España los cuerpos de las mujeres ofrecen una monótona diversidad ... ... .... Aquí en N.York, el abanico de la desnudez es una fiesta" . Hago mío su artículo, porque lo que ella piensa al observarlas, muchas veces lo he hecho yo.
Después de nadar todas nos vamos a las duchas. Amas de casa, ejecutivas y profesoras ... En general los cuerpos de las amas de casa están más castigados, cuerpos sin atractivo, se dibuja en su piel la monotonía. Las ejecutivas, más seguras de sus cuerpos, orgullosas de sus operaciones (o no), llevan muchos más botes de mejunje que se impregna por todo el cuerpo con deleite. Las profesoras, más prácticas, se duchan y se visten en un pis pas, curiosamente ni se miran en el espejo... La fiesta de la desnudez nos viene cuando algún jueves vienen tropecientas jóvenes a examinarse de resistencia en el agua para ser polis o militares. Aquí el abanico se amplia: españolas, latinoamericas y alguna (por su acento) de algún país del Este de Europa. Una característica común en ellas es que todas son jóvenes. El otro día, que coincidí con un grupo, las observaba de soslayo buscando en ellas algún cuadro de Degas o de Sorolla , pero no lo encontraba. Flacas, menos flacas, oscuras o claras, pero ni rastro de las maravillosas americanas de las que habla Elvira Lindo. Salvo una, estaba de espaldas a mi, que tenía un cuerpo precioso, esbelto, proporcionado y con una mariposa tatuada en el coxis, se vovió y pude comprobar el conjunto de su belleza. Me la imaginé vestida de poli o de militar y no me gustó. Supongo que podría ser musa de grandes pintores y observada por todos en los museos. Llegados a este punto, ella me diría :"Mamá, no te enrolles". Pero yo seguiría con el ralato para explicarle lo peor ... Cuando coincido con un grupo de mujeres deficientes de un colegio cercano. Viendo sus desnudos imagino a Bacon inspirarse en ellos, y no puedo mirarlas, cuanto horror en sus cuerpos, no creo que esas deformaciones vengan de la propia naturaleza, me pregunto cómo han dejado que lleguen a esos expremos, pienso que los medicamentos y la mala alimentación han contribuido a esa fealdad...No las miro, hasta que una me dice hola. Veo en su mirada inocente la belleza, y sí, dibujaría su mirada en tonos azules y blancos o dejaría que tú en la paleta me mezclases los colores más apropiados.
Hasta el siguiente monólogo ;-)

1 comentario:

sara dijo...

¡¡¡bravo mamá!!!muy bonito, está muy bien ... escribe más!!!