jueves, 25 de junio de 2009

JOAQUÍN SOROLLA

Me ha gustado mucho ver a Sorolla en El Prado. Una amplia e interesante exposición que no hay que dejar de ver, pero para mí el verdadero placer es ver a Sorolla en su Casa Museo, casi en silencio, con poca gente, un domingo por la mañana cualquiera; así me gusta verle, atrapar la luz de sus lienzos, cegarme con el color azul, saborear el Mediterráneo e impregnarme de la atmósfera familiar que emana todo el museo. Fue un pintor prolífico pero estoy segura que le faltó tiempo,"No hay nada inmóvil en lo que nos rodea. Hay que pintar deprisa, porque ¡cuánto se pierde, fugaz, que no vuelve a encontrarse!". Sus cuadros hay que mirarlos despacio, retener la mirada en cada pincelada y flipar con su belleza.

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